La protección y el bienestar de nuestros niños es prioridad en Cuba. Ante el peligro inminente que representa la COVID-19 y la confirmación de nuevos casos positivos en los últimos días. En San José de las Lajas; el regreso de los infantes a los centros educacionales genera preocupación en padres y familiares.
No obstante, se continúan cumpliendo rigurosamente todas las medidas higiénico- sanitarias orientadas, el círculo infantil Ricitos de Oro, constituye un ejemplo de ello.
Desde su apertura a las 6 y 30 de la mañana, la enfermera realiza la pesquisa activa, buscando síntomas respiratorios en cada uno de los 64 menores de edad que asisten a esa institución. Además de ello, realiza una función educativa y preventiva, explicándoles a los padres la importancia de cumplir con los protocolos de seguridad, enfatizando en el aislamiento social.
Las ocho educadoras de este círculo infantil, de igual forma desempeñan una importante tarea. Ellas velan por el cumplimiento del lavado regular de las manos y el cambio de mascarillas.
Desde el comienzo de la enfermedad ningún infante del Ricitos de Oro ha manifestado síntomas de Infecciones Respiratorias Agudas (IRA), hecho que manifiesta el resultado del trabajo arduo que en la institución se comete.
Una alta responsabilidad entraña la labor educativa, especialmente en tiempos tan complejos. La confianza que depositan los padres en los trabajadores del centro, para ellos representa un compromiso perenne, pues como decía el Premio Nobel de Literatura Jacinto Benavente: ´´ en cada niño nace la humanidad´´.
