Surgieron como respuesta a la convocatoria de Fidel, para defender la soberanía desde cada cuadra, para mantener la vigilancia revolucionaria y preservar las conquistas de la naciente Revolución.
Los inicios están en la memoria de millones de cubanas y cubanos que emprendieron una tarea vital, de ello lajeras y lajeros son fieles testigos porque asumieron como compromiso de honor su responsabilidad con importantes tareas como las campañas por las donaciones de sangre, a favor de la vacunación Antipolio, la recogida de materia prima, la guardia nocturna en los barrios y el trabajo voluntario.
Más de medio siglo revela a hombres y mujeres que aceptaron conducir el trabajo de los CDR a nivel de cuadra y zona, con la emoción anudada a la memoria, con vivencias que llegaron para quedar y para consolidar la obra de la Revolución.
La vitalidad de los Comités de Defensa de la Revolución estará siempre en la fortaleza de las ideas y en la originalidad con que se asuman, en la capacidad de inyectar mayores energías a esa labor que inscribió una nueva página en la historia de Cuba.
Mucho queda por hacer en lo sucesivo para fortalecer la unidad del barrio, enfrentar actitudes negativas, promover valores y defender la obra que tiene como mayor protagonista al pueblo; es esa la perspectiva de una organización que hoy está de fiesta y celebra con júbilo su aniversario 56.