Se consumó el despojo y además Ucrania perdió el monopolio y la soberanía sobre su Comercio Exterior en cuanto a uno de los recursos más valiosos de estos tiempos. Es parte del nuevo reparto colonial del mundo.
Zelensky acabó firmando el acuerdo de los minerales, y a cambio de nada.
Para sorpresa de nadie, el Gobierno de Ucrania claudicó ante la Casa Blanca y aceptó el trato de explotación de sus tierras raras sin que Estados Unidos le dé ninguna garantía de seguridad ni incluya la ayuda militar para el país europeo.
Un cambio que sí favorecerá a los ucranianos es que la empresa encargada tendrá representación paritaria con tres consejeros de cada país, cuando en el acuerdo anterior los estadounidenses iban a tener más.
Sin embargo, aunque Kiev sostiene que los recursos permanecen bajo su control, el parlamentario ucraniano Yaroslav Zhelezniak sugirió que esto es falso: Ucrania deberá destinar la mitad de sus ingresos de las nuevas licencias de recursos naturales y del presupuesto nacional al Fondo de Inversión y Reconstrucción que gestionará con EE.UU., mientras que Washington no se compromete a una contribución concreta a dicho fondo.
Ucrania también renuncia a su soberanía en comercio exterior, ya que está obligada a dar preferencia a EE.UU. para la compra de sus recursos naturales y la extracción de sus minerales, limitando así en gran medida su margen de maniobra para negociar condiciones favorables de comercio.
De hecho, Ucrania hasta supedita su propia legislación al acuerdo de los minerales de Donald Trump, ya que ninguna ley aprobada en el futuro puede contradecir las condiciones del pacto de explotación de tierras raras.
Fuentes: Departamento del Tesoro de EE.UU., Ministerio de Economía de Ucrania, La Casa Blanca y France24″