Garantizar los derechos de niñas, niños y adolescentes en el ámbito familiar es una prioridad en Cuba, y así lo establece el Artículo 5 del nuevo Código de las Familias. Este documento reconoce a la familia como el primer espacio donde debe asegurarse el bienestar, la protección y el desarrollo integral de la infancia y la adolescencia.
El artículo establece que las familias tienen la responsabilidad de asegurar el ejercicio efectivo de una amplia gama de derechos, tales como, a ser escuchados, participar en las decisiones familiares y a crecer en un ambiente libre de violencia y discriminación.
Entre estos derechos se incluyen también el acceso a la salud, a la educación, la crianza adecuada, el juego, el esparcimiento, la identidad, la intimidad y la protección en entornos digitales, cada uno esencial para el desarrollo pleno de cada niño, niña y adolescente.
Especial mención merece el reconocimiento al acompañamiento y la orientación respetuosa hacia las capacidades de los menores, así como la corresponsabilidad parental, promoviendo un ejercicio compartido de la crianza entre quienes ejercen esta responsabilidad.
El Estado cubano implementa políticas y programas que apoyan a las familias en esta misión, promoviendo condiciones que garanticen la igualdad y la protección de los derechos de los más jóvenes.
En tiempos de crisis o desastres, también se refuerza la protección hacia este grupo vulnerable, priorizando su bienestar psicosocial y fortaleciendo su capacidad de resiliencia.
Este enfoque integral no solo reconoce a la infancia como sujetos de derechos, sino que también convoca a toda la sociedad a garantizar que los mismos se respeten desde el núcleo más cercano: la familia.