Nadie les va a quitar a los cubanos la tradición de su 1ro. de Mayo. Ni el bloqueo ni las carencias y tensiones económicas que genera van a hacer mella en lo que ha sido siempre uno de los más claros mensajes del apoyo de este pueblo a su Revolución, y de la fuerza motriz que nos enorgullece: la unidad.
Si alguien todavía lo duda, basta caminar las calles y, en cualquier esquina, saltan a la vista los preparativos de una celebración, porque nadie niega lo que nos falta, pero de que tenemos motivos para celebrar, los tenemos. Por eso ondean banderas, y entusiastas rotulistas dibujan los carteles visibles en fachadas, centros de trabajo, escuelas…
Todavía nos separan dos días del desfile que convoca a millones, trabajadores o no, porque el 1ro. de Mayo en Cuba es cosa de familias, de vecinos, de pueblo.
Sin embargo, ya los aires de la fecha se respiran y mueven empeños, porque así somos los cubanos, gente empeñada e incapaz de rendirse.









