Arbovirosis en Cuba: Una batalla de ciencia y conciencia colectiva

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La reciente complejidad epidemiológica que representa la circulación en Cuba de arbovirosis como el Dengue, el Chikungunya y el Zika, exige una comprensión profunda de la situación y la participación activa de todo el pueblo en las medidas de prevención y control.

Estos virus, transmitidos por el mosquito Aedes Aegypti, encuentran en las condiciones tropicales de nuestro país un ambiente propicio para su desarrollo, pero también enfrentan un sistema de salud organizado y una población con alta instrucción sanitaria.

El Ministerio de Salud Pública ha establecido un riguroso protocolo de actuación que incluye la vigilancia epidemiológica activa, el control vectorial mediante las campañas de fumigación y la eliminación de focos, así como la capacitación al personal médico para el adecuado manejo clínico de los casos. La batalla contra el Aedes no es solo tarea de las brigadas de control sanitario, sino una responsabilidad ciudadana de primer orden.

Resulta alarmante cómo prácticas negligentes en nuestros barrios,como la existencia de depósitos de agua destapados o la acumulación de desechos sólidos, se convierten en potenciales criaderos del vector.

La efectividad de las acciones estatales encuentra su límite en la falta de percepción de riesgo de algunos sectores de la población. La solución permanente al problema requiere transformar hábitos y conductas arraigadas.

Frente a esta situación, Cuba cuenta con fortalezas indiscutibles: un sistema de salud universal y gratuito y centros de investigación como el Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí” que mantienen vigilancia sobre el comportamiento de estos virus.

La victoria contra las arbovirosis será posible en la medida que cada familia, cada vecino, asuma como propia esta batalla. La revisión semanal de las viviendas, la correcta protección de los tanques de agua y la rápida asistencia a instituciones de salud ante síntomas febriles, constituyen las armas principales en este combate.

La salud es, ante todo, un derecho que se defiende con responsabilidad colectiva

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