Empeñados en el aprovechamiento máximo de la cosecha, los estudiosos del Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas INCA avanzan en la puesta en práctica de un sistema para deshidratar alimentos aprovechando el calor y la energía solar.
Se trata de un sistema de innovación a partir de técnicas de conservación de las altas temperaturas, proceso que enfrenta desafíos culturales en Cuba, donde no existe una tradición de consumo de productos alimenticios resecados.
Los científicos destacaron la viabilidad de una tecnología fácil de adquirir utilizando recursos endógenos para ponerla al alcance de los campesinos, cooperativistas y usufructuarios.
Con esta experiencia que apuestan por el orégano, la flor de Jamaica, ajíes y caña santa en proceso de deshidratación en la cámara y con la yuca desecada, se obtiene una harina de mucha más calidad para panes, dulces y otros productos alimentarios.
El deshidratador solar con casa de Cultivos Tapados constituye un proyecto innovador de primer mundo al alcance de los cubanos, experiencia que ya cobra vida en otras provincias; en la capital de Mayabeque los estudiosos locales analizan las posibilidades reales para poner en práctica esta efectiva táctica agroecológica a corto y mediano plazo .












