Cada 25 de mes se conmemora el Día Naranja, fecha establecida por las Naciones Unidas para llamar a la acción permanente contra la violencia hacia mujeres y niñas.
Esta iniciativa representa una lucha global que encuentra en nuestro país un terreno de trabajo sistemático y priorizado.
La violencia de género es un problema social complejo que requiere respuestas integrales y en Cuba se avanza en la implementación del Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres y la Estrategia Integral para la Prevención y Atención a la Violencia de Género, instrumentos que articulan el quehacer institucional y comunitario para enfrentar este flagelo.
El trabajo se desarrolla en múltiples frentes: desde la capacitación a funcionarios y personal de salud hasta la educación en las escuelas y comunidades, pasando por el fortalecimiento de los mecanismos de orientación y protección a las víctimas.
Las organizaciones de masas, los medios de comunicación y las instituciones culturales desempeñan papel fundamental en la transformación de patrones culturales heredados.
Si bien Cuba, actualmente muestra indicadores favorables en equidad de género y cuenta con un marco legal protector, el perfeccionamiento de los sistemas de atención y la sensibilización social permanecen como tareas de primer orden.
El color naranja que identifica esta jornada simboliza la apuesta por un futuro sin violencia que se construye día a día mediante el esfuerzo colectivo y la voluntad política de garantizar que ninguna mujer sufra discriminación o maltrato. El camino es largo, pero, sin dudas, la causa amerita todos los esfuerzos.













