Siempre acompañado de su sonrisa indeleble y su andar pausado el percusionista lajero Domingo Morejón recorre las calles de su ciudad natal, sabiéndose reconocido por el pueblo que lo ha visto arrollar las calles en tiempos de carnavales amenizando al compás de tumbadora y bongó las comparsas “Los caballeros del ritmo “ La jardinera”, “Los muñecones de la Habana” y el “El alacrán “,
Y toca entonces con tanta vehemencia y tanta fuerza pueblerina que las muchachas que van sobre la carrozas agitan acompasadamente sus caderas, marcando cada compás en un pentagrama efímero, que deshace las partituras una y otra vez para ser renovadas en cada pieza musical interpretada por la orquesta que este virtuoso de la cadencia dirige
A sus 70 años de edad las notas musicales parecen bailar en sus pupilas al referir su formación empírica guiado por grandes figuras de la cultura lajera Pedro Luís Toledo Calvo conocido en el mundo artístico como “Pedrito Mambo” y discípulos de Genaro de la Rosa, “El Rumbero Mayor” de San José de las Lajas ”, personalidad que actualmente da nombre a la casa de cultura en esta ciudad´
En esta instalación cultural Domingo fungió como instructor de arte,formando parte de un valioso claustro integrado por el ya fallecido Alfredo Peña y Martha Dinza destacados formadores del potencial artístico en esta municipalidad
Algunos coterráneos que ya peinan canas lo recuerdan organizando bandas escolares con instrumentos musicales que fueran confeccionados a partir de otros ya inservibles, a los cuales este eficaz músico devolvía la sonoridad con talento innato
Domingo no se contenta solamente con erigir el lenguaje musical que llevan los carnavales, sus diestras manos acostumbradas a acariciar el tenso cuero que sostienen los tambores se transforman en pinceles de múltiples colores para fabricar caretas, rostros de muñecones y hasta algún que otro adorno que puede ser colocado en los palcos, para embellecer los desfiles carnavalescos.
Lo esencial para este hombre humilde que se hace grande a través de quienes percibimos en él la capacidad de un verdadero artífice, es alegrar a todos.