El campesino Luis Miguel Sosa Hernández con 78 años tiene mucho que agradecerle a Fidel. Él nos cuenta su historia con lágrimas en los ojos por la pérdida de ese amigo entrañable que lo convirtió en ser humano, según sus propias palabras.
El campesino Luis Miguel Sosa Hernández con 78 años tiene mucho que agradecerle a Fidel. Él nos cuenta su historia con lágrimas en los ojos por la pérdida de ese amigo entrañable que lo convirtió en ser humano, según sus propias palabras.