Por un latir más pleno

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Desde el año 2000 el 29 de septiembre se consigna en el mundo entero como el Día Mundial del Corazón, fecha para promover una vez más un estilo de vida sana que contrarreste las diferentes enfermedades cardiovasculares. 

Ese día se suscitan los métodos que reducen al mínimo los factores de riesgo, y se destaca a la práctica de deportes y ejercicios físicos como la vía idónea para superar los problemas cardiovasculares. 

El corazón es considerado el músculo más importante, por ello, se precisa de una rutina diaria. Se adapta muy bien al ejercicio; pero también al sedentarismo. 

Se ha demostrado científicamente que una persona de 65 años que realiza una hora de actividad física planificada al día estará en muchas mejores condiciones físicas que una persona sedentaria de 40 años. 

Y es que las personas que ejercitan mediante trabajos o gimnasias aeróbicas agrandan las cámaras del corazón y bajan las pulsaciones por minuto además de mejorar la tensión y la capacidad del transporte sanguíneo, reducir la tensión arterial y aumentar la calidad y densidad de los glóbulos rojos. 

Siempre vemos al corazón como el órgano que responde ante las emociones o el miedo y palpita desesperadamente; incluso ha sido tema en películas y canciones porque se relaciona con el amor. 

Pocas veces se piensa en el corazón como un músculo; que pueda crecer o fortalecerse del mismo modo que otros músculos, pero de hecho responde como tal al entrenamiento, sus fibras musculares se vuelven gruesas y fuertes, lo que incrementa la masa muscular. Cuanto mayor sea el músculo del corazón, más sangre bombeará por latido, reduciendo el trabajo final que realiza el corazón para mantenernos con vida, sanos y fuertes. 

En Cuba este día los especialistas incentivan la actividad física y rechazan el mal hábito de fumar, trascienden jornadas de bailoterapias, convocatorias como “Muévete por mi Corazón” y “Mi Corazón late Fuerte” en las que los integrantes de los círculos de abuelos y personas de la tercera edad desarrollan caminatas; pero no basta la actividad física, es necesaria también una alimentación sana y equilibrada que favorezca el peso adecuado que se traduce en salud.

 

 

 

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