Nuestras divinas rutinas

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“El pueblo más feliz es el que tenga mejor educados a sus hijos, en la instrucción del pensamiento, y en la dirección de los sentimientos.”

José Martí.

La concurrencia cada día a clases, naturaleza en toda Cuba es aún una quimera para millones de seres humanos en el planeta.

En San José de las Lajas, capital de Mayabeque, la más joven provincia del país, cada día la hora ocho de la mañana constituye el inicio de una nueva jornada para los estudiantes de las distintas enseñanzas.

El matutino en cada centro escolar inicia con el izado de la bandera, la efeméride del día y la convocatoria a aprovechar al máximo la presencia en el aula, donde el saber espera para afianzar conocimientos.

Y es que para cubanas y cubanos, es pura naturaleza que la educación sea además de gratuita, obligada para todos y que esta llegue a llanos y montañas y hasta los lugares más recónditos.

En tanto esta es la realidad cubana, abisma saber que cerca de 781 millones de adultos no saben leer ni escribir y dos tercios de ellos son mujeres, según referencias de un informe de la Unesco

En Cuba la apertura de cada curso escolar el primer lunes de septiembre de cada año es el comienzo de una nueva etapa de aprendizaje pero también un desafío porque la educación no está exentade limitaciones.

Los efectos del bloqueo tienen también su impacto en el sector educacional y se traducen en carencias diarias que afectan el proceso de aprendizaje, la investigación y el trabajo científico de estudiantes y profesores en general.

Así lo constata el INFORME DE CUBA Sobre la resolución 65/6 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, titulada “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”

Precisa dicho informe que resultante de esa política, Cuba permanece sin tener acceso al mercado norteamericano para la compra de insumos escolares y materiales fundamentales para la reparación y mantenimiento de la red escolar, por lo que se ve obligada a adquirirla en mercados lejanos con una afectación económica de 881 mil 400 dólares.

Con ese monto se pudieran comprar diversos medios didácticos para la enseñanza de las ciencias naturales y de educación laboral en la totalidad de las escuelas primarias, escuelas especiales y secundarias básicas.

 

También se podrían comprar más de 15 mil esferas geográficas que se necesitan para las escuelas primarias y cubrir el costo de las láminas de PVC necesarias para la producción de un año de componedores de palabras que se necesitan en las escuelas primarias y especiales para la enseñanza de lectura y escritura.

 

Aun cuando cada período lectivo resulta un desafío, es también todo un período de amor y altruismo, en el que docentes y auxiliares disponen su mayor esfuerzo para formar a buenos estudiantes y mejores personas porque, como dijo el más universal de los cubanos, José Martí: “La enseñanza ¿quién no lo sabe? Es ante todo una obra de infinito amor“.

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