Foto tomada de internet
Amalia mi vecina al conocer que del 1 al 7 de agosto en todo el mundo celebran la Semana de la Lactancia Materna, me contó sobre su experiencia con su primer hijo.
Al decir de esta mujer de 40 años, con su primer bebe cometió un error garrafal del que tomó buena nota para su segundo embarazo, no lo puso en su pecho nada más nacer y al no realizar la estimulación precoz la leche tardó muchísimo en bajar.
Con esta situación el niño se desesperó y ambos padres cayeron en la tentación de ofrecerle biberones durante la estancia hospitalaria algo que supo posteriormente y tras mucho indagar le desencadenó la alergia a las proteínas de leche de vaca que en la actualidad su hijo padece.
Con la lección bien aprendida Amalia y su esposo Raúl enfrentaron la lactancia de su pequeña niña de forma muy diferente:
Al llegar a la habitación la bebita estaba bien despierta y con el instinto de succión en pleno apogeo lo que le permitió ponérmela al pecho enseguida, en la más estricta intimidad y en un ambiente único e idílico para poder iniciar la lactancia.
María es hoy una pequeña de cinco años, con una salud de hierro, gracias a la lactancia materna. La experiencia de esta madre confirma que este es un alimento único para niñas y niños en sus primeros seis meses de vida.
Es necesario que las futuras madres conozcan que otro tipo de alimentos o bebidas, hasta el agua, aumentaría el riesgo de que sus bebitos sufran de diarrea u otra enfermedad.
La leche materna es la primera inmunización del bebé, no existen otras formulas alternativas para su protección.
