Macron sostuvo que ya no insiste en la dimisión del presidente Bashar Al-Asad, al priorizar la lucha contra la amenaza terrorista, mientras que el Gobierno ruso ha reiterado en más de una ocasión que es el propio pueblo sirio el que debe decidir sobre el destino de su presidente.
Desde 2011, las fuerzas gubernamentales de la nación levantina se enfrentan a grupos terroristas y a la oposición armada, que buscan desestabilizar el país y derrocar a su jefe de Estado constitucional.
El Gobierno sirio ha denunciado en reiteradas ocasiones que los grupos terroristas son financiados por potencias occidentales que buscan defenestrar a Bashar Al-Asad.