Endoscopia digestiva superior: pasado y presente

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Según la literatura, el empleo de tubos e instrumentos para tratar de ver el interior del cuerpo data de los comienzos de la civilización. Se sabe que los griegos, los egipcios y romanos ya utilizaban cánulas para enemas, pero es en el siglo XVIII que el desarrollo de la medicina permitió visualizar lo que el paciente decía sentir y comienza entonces la endoscopia. Se plantea que la era de la endoscopia se inició en 1804 con la introducción del lichtleiter o conductor de luz por el médico alemán Philip Bozzini.

Durante casi dos siglos los avances en la tecnología permitieron a la ciencia médica avanzar en el diagnóstico de las enfermedades del tracto digestivo. La rigidez de los instrumentos los hacía difíciles de maniobrar y aumentaba el riesgo de perforación, pero por suerte el progreso de estos instrumentos fue paralelo al desarrollo de la lámpara eléctrica, el uso de la lente y la aplicación de la fibra óptica.

Esto significó un paso de avance en el surgimiento y perfeccionamiento de los endoscopios. El desarrollo de estos equipos fue vertiginoso; se llevaron a cabo numerosas modificaciones y nuevos equipos fueron presentados al mercado, permitiendo un mejor diagnóstico.

En el año 1963 salió al mercado el primer esofagoscopio de fibra óptica con los avances vigentes en la actualidad. Los endoscopios tienen incorporado un canal de biopsias, a través del cual el médico puede tomar muestras de las estructuras sospechosas de malignidad.

No fue hasta 1980 que Larry Curtis se colocó a la vanguardia de la tecnología endoscópica con el empleo del videochip CCD de la casa Welch Allyn. Los japoneses aprovecharon este avance para introducirlo en el mercado y en 1983 Sivak y Fleisher dan a conocer el endoscopio, a partir de lo cual la endoscopia se modifica totalmente.

Los endoscopios de magnificación Olympus y Fujinon, aparecieron en 1992, lo que posibilitó agrandar la imagen evitando que la mayoría de las patologías del tubo digestivo pasen inadvertidas.

La endoscopia digestiva superior permite explorar el tubo digestivo desde la cavidad oral hasta la segunda y tercera porción del duodeno. Gracias a ello se puede hacer un diagnóstico macroscópico de casi todos los procesos que afectan estas porciones. En el caso de una endoscopia diagnóstica, las principales indicaciones incluyen la sospecha de una enfermedad maligna, la presencia de sangramiento digestivo alto, de enfermedad por reflujo, diagnóstico de la enfermedad ulcerosa, estudio de la anemia, casos con dificultad para tragar, así como la ingesta de cáusticos y sospecha de presencia de cuerpos extraños.

Cuando se habla de endoscopia terapéutica, incluimos el tratamiento de lesiones sangrantes, la extracción de cuerpos extraños, la extirpación de lesiones polipoideas, dilatación de estrechamientos benignos del esófago y la esclerosis o ligaduras de várices del esófago.

Existen contraindicaciones absolutas y relativas del proceder endoscópico. Dentro de las absolutas incluimos la negación a realizarse el proceder, la sospecha o certeza de perforación y la inestabilidad hemodinámica, cardíaca o pulmonar. Como contraindicaciones relativas podemos mencionar el infarto cardíaco reciente, el aneurisma de la aorta, la cirugía toracoabdominal reciente y la falta de colaboración del paciente.

La endoscopia digestiva superior es un procedimiento seguro, con una tasa de complicación por debajo del 2 %. Dentro de las complicaciones más frecuentes se encuentran la perforación instrumental y la hemorragia. No obstante, es necesario destacar que estas complicaciones son infrecuentes.

Es importante que los pacientes conozcan que la endoscopia no está indicada en todos los procesos digestivos, y que es el médico quién decide cuándo debe realizarse. Pero además deben saber que en todos los municipios de nuestro país, existen servicios de endoscopia, donde especialistas en Gastroenterología o médicos diplomados en Endoscopia, realizan este proceder previa indicación médica.

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