Los años, hijos perennes del tiempo, abrigan los nombres de Ernesto Guevara de Serna y Camilo Cienfuegos Gorriarán tatuados en la historia desde la inmensidad de su legado.
El Guerrillero heroico y el Héroe de Yaguajay constituyen paradigmas universales, símbolos de lealtad, firmeza, valor y amor a la patria
En ellos convergen las mejores cualidades del ser humano. Desde la sencillez y el altruismo se erigen dos hombres defensores de la libertad, la justicia, y sobre todo de la fidelidad.
Ambos fueron muy audaces, arriesgaron sus vidas por alcanzar un sueño: la independencia y el triunfo de un porvenir mejor para la mayor isla de Las Antillas.
Argentina nos entregó a un médico, guerrillero, atinado economista, comprometido y cabal que nos estremeció la carta de despedida al poner al descubierto su lealtad a la Revolución, al pueblo y a Fidel.
La Habana sonriente concedió a un hijo pródigo, alegre pero firme, líder entre las multitudes, valiente soldado que vislumbraba los artificios del imperialismo. Sus hazañas quedaron grabadas en la historia y para todos es y será siempre, el Señor de la vanguardia.
Camilo y Che caminarán siempre junto a las nuevas generaciones, sus pasos llegan en cada jornada, en cada obra donde la sonrisa del pueblo se abre paso ante el injusto bloqueo imperialista.
Octubre reafirma la fuerza que brota del ejemplo de estos héroes, su pueblo consecuente con sus memorias no doblegará jamás la bandera de la dignidad y la libertad.
