Cumple su décimo Aniversario la Casa de la Décima de Mayabeque, una cifra notable para una institución que sorprende por el talento de sus profesionales y por los resultados en tantos y tantos eventos.
Este centro alberga a una familia numerosa de los once municipios de esta comarca. Desde los más pequeños hasta los de sobrada experiencia significan la vida a través de versos octosilábicos.
En esa tarea donde insurge la poesía se fundó hace 10 años la Casa de la Décima de esta provincia. Es posible hallarla, vital y actuante, en cualquiera de los confines de esta área multicolor y variopinta. En las posibilidades sonoras de un idioma hermoso, suelen hacerlo las guitarras, el tres o el laúd.
La labor investigativa y de intercambios fomentada por la Casa alienta esa estrofa de cinco versos, con la cual se conoce al famoso trovo andaluz.
Desde su creación hace 10 años, la Casa de la Décima de Mayabeque patrocina una estrategia de interrelaciones culturales que se verifica en un altísimo volumen de creación literaria, de funciones artísticas que pasan por el hecho escrito de la espinela y por la obra de un sujeto lírico con la vitalidad de un suspiro, por eso, el repentismo se convirtió en escuela al calor de esta Casa.
La Casa de la Décima de Mayabeque crece desde sus talleres. Martí escribió que los niños son la esperanza del mundo. Desde el repentismo infantil se confirma que constituye un acto cantable de acendrada ternura. La institución en renovada sede, fija sus tareas para la infinitud del tiempo desde la superación de sus especialistas y la naturaleza misma de una estrofa luchadora e identitaria.
