Numerosas actitudes irresponsables colmaron la capital de Mayabeque esta semana. Niños jugando en las calles hasta altas horas de la noche, ancianos comercializando cigarros y tabaco en lugares públicos, vendedores ambulantes sin nasobuco u reuniones en congregaciones religiosas, son varios ejemplos lamentables de irrespeto e insensatez.
Las largas colas se han tornado habituales y pareciera que el distanciamiento social forma parte del pasado. Fiestas, consumo de bebidas alcohólicas y una baja percepción de riesgo son conductas peligrosas que hay que combatir y denunciar desde las comunidades, los barrios y los asentamientos rurales.
Expertos en el estudio del nuevo Coronavirus aseguran que un rebrote de la enfermedad podría contagiar a otras miles de personas y aumentaría significativamente el número de fallecidos, por lo que estar en la primera fase de recuperación no significa que haya desaparecido la Covid 19 y mucho menos el riesgo a contraerla.
El Coronavirus existe, es una triste realidad, negarlo no es la solución, debemos enfrentarlo con disciplina, aislamiento entre personas y con el cumplimiento de todas las medidas diseñadas en cada etapa. No se trata de una simple opción, es cuestión de vida o muerte.